"Dijo el profesor José Antonio Llera que Camba sabía a la perfección los centímetros cuadrados de los que consta una columna. Esa exactitud el periodista la convirtió en arte; fue, así, un artista del espacio que no se concedió jamás lujo artístico en el texto, donde las piezas se encajaban como un tetris lento, irónico, subversivo a veces, siempre incorrectamente lúcido:
“Hay que ver cuando una inglesa se pone a ser fea (…) Es fea de un modo rotundo, fundamental y definitivo. Parece como si a lo largo de su vida hubiera ido cultivando el horror de su cara y de su cuerpo con un cuidado especialísimo, procurando no omitir ninguno de los detalles que deben constituir una fealdad perfecta”.
Prólogo a 'Mis páginas mejores' (Pepitas de Calabaza, 2012)
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