domingo, 22 de noviembre de 2009

Hambre



Después de la advertencia viene el mondongo:

-Barrunto que hay alguien de la Casa Blanca metida hasta el cuello.

-Ya no es un simple suceso, es un tema de ámbito nacional,necesitamos un especialista en Política.

-No les gustaría, están todos ocupados en las elecciones primarias. ¡Además ese chico pierde el culo por el asunto!

¡Sólo lleva en el periódico 9 meses, no me fio de él!

-¡Tiene ambición!

-¿Ha ecrito algo que valga la pena? Las guarradas de los bares, no tiene experiencia...

-¡Sacó muchos trapos sucios!

-¡Chorradas, reportajes del tres al cuarto!

(...)

-Ya he leído el estúpido reportaje que esos chiquitos escribieron sobre el atraco.

-Reconozco que era una gran cagada.

-Entonces qué más quieres... ¿No dijiste tú mismo hace un mes que le ibas a despedir?

-Escucha, se está matando el pobre chico. Los dos. Conoce un montón de gente. Howard, TIENEN HAMBRE, ¿TE ACUERDAS CUÁNDO ESTABAS ASÍ?


Para saborear el periodismo de gozadera hay que estar muy hambriento. Si estás harto, acabas como Howard.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Periodismo con las botas puestas


Para muchos jóvenes periodistas el asunto laboral está así:

Si el sector de los medios de comunicación va de mal en peor (¡Soitu ha muerto!), ¿quién nos va a contratar? Y en caso de que nos cotrataran, ¿en qué condiciones económicas lo harían? ¿para hacer qué cosas? Algunos reciénperiodistas, incluso, hablan dicen sentirse "putas baratas"; con todo lo que ello implica...

Si perros viejos del periodismo como Arturo Pérez-Reverte o Enric González nombran el asunto, si hablan de la honradez periodística en pasado, es que los jóvenes periodistas no exageran tanto como pudiera parecer. Es que la cosa tiene su chicha:

Pérez-Reverte:

"Ahora, el salario del miedo incluye succionar ciruelos con siglas e insultar a los colegas como si la independencia personal fuera incompatible con el oficio. Secundar a la empresa hasta en sus guerras y disparates. Así, redactores culturales que antes sólo hablaban de libros o teatro escriben también columnas de opinión donde atacan a este partido o defienden a aquél; y hasta el becario que trajina noticias locales debe meter guiños en contra o a favor, demostrando además que se lo cree de verdad, si quiere seguir empleado".

Enric González:

"Si desde el principio te haces disciplinado, por no decir servil, si crees que los jefes tienen siempre razón, si crees que la empresa está por encima de la información, ¡déjalo! Porque no te vale la pena, no te va a compensar. Para llevar una vida ordenada y más o menos burocrática búscate cualquier otra cosa. Si mantienes una actitud un poco ya no de resistencia, pero si de escepticismo frente al poder, si aceptas las incomidades pero también ves lo entretenido que es contar historias, buscarlas y encontrarlas, ¡sigue! es muy entretenido. No comerás de maravilla, pero a veces sí".

"Cuando eres fuerte con los fuertes te lo pasas muy bien, pero te llevas muchas hostias. Si aceptas que en algún momento te caerá una hostia, tendrás momentos de diversión que no te dará ningún oficio. Si eres fuertes con los débiles y débil con los fuertes pues acabarás teniendo una opinión relativamente mala de tí mismo. Y eso tampoco te va a ayudar".


Llegados a este punto, los jóvenes periodistas pueden escoger tres opciones:

1. Seguir succionando ciruelos bajo el régimen del salario del miedo.

2. Dejar de darle a las teclas para enrolarse en el macroejército del Imperio de Amancio de Ortega, hacer las maletas para aprender inglés (otra cosa es lo que hagan; los países de habla inglesa están siendo colonizados por jóvenes españoles) o irse a ordeñar vacas a Nueva Zelanda.

3. Morir con las botas puestas, como haría Pérez-Reverte. Puestos a ciscarnos en nuestras degracias y en los que manejan el cotarro y sus seres más queridos, que sea haciendo algo que nos apasione. Don Paco Sancho lo resume así de bien:

"Si tuviera dinero me lo puliría en un proyecto divertido, apasionante, periodístico y productivo. Me arruinaría, pero a gusto".


Esto no es otra cosa que la "Revolución silenciosa" de la que suele hablar Luis Guinea. No es otra cosa que morirnos de periodismo de gozadera.

Yo me apunto a esta última opción pero ya. ¿Vosotros?

lunes, 2 de noviembre de 2009

David Gistau o como hacer interesante una crónica parlamentaria

Lo de David Gistau en el Congreso es lo del Papa y el hipo de García Márquez. Es puro periodismo de gozadera. Si todos los medios van a contar que fulanito dijo patatín de los PGE y que menganito le dijo a fulanita que tarariqueteví del asunto, Gistau habla de los monos de Kubrick y cuenta la histora de una "inverecundia" que, como La Nariz de Gogol, sale corriendo "escaños arriba" y se echa a la calle.


Un debate parlamentario puede resultar muy aburrido o muy interesante, depende de cómo se escriba y de cómo se cuente. Gistau hace de la crónica parlamentaria una pieza muy atractiva porque mezcla actualidad y recorrido con una escritura de rechupete. Y además utiliza como ganchos el cine y, sobre todo, el fútbol; empezando por el título: Barra Brava en el Congreso.


Desmenucemos, por ejemplo, "La espantá del Faisán":


Actualidad: (Caja Madrid y el terremoto de Alcorcón)
Más allá de la anécdota, y de la porra sobre quién caerá primero, Cobo o Pellegrini, la sesión de ayer resultó francamente sosa.
Recorrido: (Bono)
Una vez reducida, inverecundia fue encerrada en la misma jaula parlamentaria donde ya cumplía condena insacular, el palabro que antaño largó Bono para demostrar que un presidente del Congreso no debe permitirse hablar como cualquiera.
Cine: Kubrick y Tarantino
Elena Salgado, que ejercía de vicesobrera, estaba dando una réplica rutinaria al anuncio de Montoro de la decadencia del Estado de bienestar cuando de repente, referida a la oposición, soltó la palabra «inverecundia». Ante ella, los periodistas de la grada se quedaron como los monos de Kubrick ante el monolito. La olisquearon. La palparon con cuidado.


(...) sino que maneja el chivatazo y el esbozo de una policía política como un incordio candente que ha de resolver el ministro del Interior igual que al 'Mr. Lobo' de Tarantino se le encargaba en Pulp Fiction limpiar el escenario del crimen.


Fútbol: El Madrid
(...) la dureza con que Montoro se empleó contra Salgado, como si ahí hubieran descubierto los populares a un carrilero desbordable como Marcelo contra el cual sería fácil hacerse una reputación (...)